lunes, 21 de diciembre de 2009

Ladrón de sábado


Fruto de su trabajo como director del taller de guión de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba), el escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez publicó  una obrita en verdad curiosa titulada "Cómo se cuenta un  cuento". El libro es en realidad una creación colectiva cuyo objetivo era mostrar cómo funcionaba aquel taller y explicar cómo se construye un guión de cine a partir de un argumento inicial.

El relato que abre el libro fue una historia propuesta por la tallerista Consuelo Garrido con el título de "Ladrón de noche" que, una vez analizada y comentada por el grupo, se fue modificando y reescribiendo hasta dejarla en su versión definitiva como "Ladrón de sábado". Con ese título de Ladrón de sábado se rodó una película para televisión en 1990, dirigida por José Luis García Agraz.

El cuento es éste:

LADRÓN DE SÁBADO

Hugo, un ladrón que sólo roba los fines de semana, entra en una casa un sábado por la noche. Ana, la dueña, una treintañera guapa e insomne empedernida, lo descubre in fraganti. Amenazada con la pistola, la mujer le entrega todas las joyas y cosas de valor, y le pide que no se acerque a Pauli, su niña de tres años. Sin embargo, la niña lo ve, y él la conquista con algunos trucos de magia. Hugo piensa: «¿Por qué irse tan pronto, si se está tan bien aquí?» Podría quedarse todo el fin de semana y gozar plenamente la situación, pues el marido -lo sabe porque los ha espiado- no regresa de su viaje de negocios hasta el domingo en la noche. El ladrón no lo piensa mucho: se pone los pantalones del señor de la casa y le pide a Ana que cocine para él, que saque el vino de la cava y que ponga algo de música para cenar, porque sin música no puede vivir.

A Ana, preocupada por Pauli, mientras prepara la cena se le ocurre algo para sacar al tipo de su casa. Pero no puede hacer gran cosa porque Hugo cortó los cables del teléfono, la casa está muy alejada, es de noche y nadie va a llegar. Ana decide poner una pastilla para dormir en la copa de Hugo. Durante la cena, el ladrón, que entre semana es velador de un banco, descubre que Ana es la conductora de su programa favorito de radio, el programa de música popular que oye todas las noches, sin falta. Hugo es su gran admirador y. mientras escuchan al gran Benny cantando "Cómo fue" en un casete, hablan sobre música y músicos. Ana se arrepiente de dormirlo pues Hugo se comporta tranquilamente y no tiene intenciones de lastimarla ni violentarla, pero ya es tarde porque el somnífero ya está en la copa y el ladrón la bebe toda muy contento. Sin embargo, ha habido una equivocación, y quien ha tomado la copa con la pastilla es ella. Ana se queda dormida en un dos por tres.


A la mañana siguiente Ana despierta completamente vestida y muy bien tapada con una cobija, en su recámara. En el jardín, Hugo y Pauli juegan, ya que han terminado de hacer el desayuno. Ana se sorprende de lo bien que se llevan. Además, le encanta cómo cocina ese ladrón que, a fin de cuentas, es bastante atractivo. Ana empieza a sentir una extraña felicidad.

En esos momentos una amiga pasa para invitarla a correr. Hugo se pone nervioso pero Ana inventa que la niña está enferma y la despide de inmediato. Así los tres se quedan juntitos en casa a disfrutar del domingo. Hugo repara las ventanas y el teléfono que descompuso la noche anterior, mientras silba. Ana se entera de que él baila muy bien el danzón, baile que a ella le encanta pero que nunca puede practicar con nadie. Él le propone que bailen una pieza y se acoplan de tal manera que bailan hasta ya entrada la tarde. Pauli los observa, aplaude y, finalmente se queda dormida. Rendidos, terminan tirados en un sillón de la sala.

Para entonces ya se les fue el santo al cielo, pues es hora de que el marido regrese. Aunque Ana se resiste, Hugo le devuelve casi todo lo que había robado, le da algunos consejos para que no se metan en su casa los ladrones, y se despide de las dos mujeres con no poca tristeza. Ana lo mira alejarse. Hugo está por desaparecer y ella lo llama a voces. Cuando regresa le dice, mirándole muy fijo a los ojos, que el próximo fin de semana su esposo va a volver a salir de viaje. El ladrón de sábado se va feliz, bailando por las calles del barrio, mientras anochece.

Gabriel García Márquez (Cómo se cuenta un cuento, 1995)

La propuesta didáctica que os hago en este caso es doble: por un lado, señalar y explicar el sentido de las expresiones  típicas del castellano de América que encuentras en el texto; y por el otro, continuarlo en forma de un relato que cuente qué pasó el fin de semana siguiente y que incluya fragmentos narrativos, descriptivos y dialogados.

Otra posibilidad sería desarrollar dramáticamente la historia al modo que propone Héctor Monteagudo en su  blog Aguja de marear. Podéis leerlo en la entrada Ladrón de sábado: del papel a las tablas.

También, si a alguien le apetece, se puede escuchar la interesante versión para Radioteatro realizada por alumnos de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Martín de Porres (Perú) y accesible en el portal Radiodialnet.

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