lunes, 4 de octubre de 2010

Lugares propicios


Hacerlo parado fortalece la columna.
Boca abajo, estimula la circulación de la sangre;

boca arriba, es más placentero.
Hacerlo solo es rico, pero egoísta,
en grupo, puede ser divertido;

en el baño, es muy digestivo;
en el auto, puede ser peligroso...
Hacerlo con frecuencia
desarrolla la imaginación.
Entre dos, enriquece el conocimiento;
de rodillas, resulta doloroso...
En fin, sobre la mesa o sobre el escritorio,
antes de comer o de sobremesa,
sobre la cama o en la hamaca,
desnudos o vestidos,
sobre el césped o en la alfombra,
con música o en silencio,
entre sábanas o en el closet:
hacerlo, siempre es un acto de amor y de enriquecimiento.

No importa la edad, ni la raza, ni el credo, ni el sexo, ni la posición económica...

... Leer es un placer


Poema atribuido -quizá falsamente- a Jaime Bayly (Lima, 1965)

Hablando de lugares para el placer... ¿Conocéis ese otro poema de Ángel González (Oviedo 1925-Madrid 2008) titulado Inventario de lugares propicios al amor? Pulsad en el enlace para obtener el pdf con el texto y un dibujo sobre el poema. Se encuentra en un web excelente que os animo a visitar: Libros a la calle, toda una invitación para disfrutar de magníficos textos ilustrados.

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