lunes, 14 de diciembre de 2009

La instancia

Como cualquier otro texto formal, la instancia, que es uno de los más comunes, tiene una estructura fija que, con ligeras variaciones hay que mantener: Datos personales + Expone + Solicita + Fecha y firma. El resto, el contenido específico, lo tiene que poner cada uno en su escrito; eso sí, utilizando un registro formal, ofreciendo un trato respetuoso y distante, y buscando la objetividad, como corresponde a los textos que se dirigen al jefe o al responsable de una sección específica de la Administración.

Lo que hace Serrat con la fórmula de la instancia es, en cambio, arte poético y musical, porque carga el mensaje de subjetividad, de coloquialismos y metáforas. En su canción, nos lanza un mensaje directo a la conciencia y nos da un toque de atención (a ver quién se siente aludido), sobre quién y cómo tiene que resolver los problemas de este país/ continente/ planeta. En el vídeo adjunto, os dejo la música y la letra.  A mí me parece que está de plena actualidad, y eso que la canción ya tiene unos años: pertenece al álbum En tránsito, de 1981.


A QUIEN CORRESPONDA

Un servidor,
Joan Manuel Serrat,
casado, mayor de edad,
vecino de Camprodon, Girona,
hijo de Ángeles y de Josep,
de profesión cantautor
y natural de Barcelona,
según obra
en el Registro Civil,
hoy, lunes, 20 de abril
de 1981,
con las fuerzas de que dispone,
atentamente

EXPONE dos puntos

Que las manzanas no huelen,
que nadie conoce al vecino,
que a los viejos se les aparta
después de habernos servido bien.
Que el mar está agonizando,
que no hay quien confíe en su hermano,
que la tierra cayó en manos
de unos locos con carnet.
Que el mundo es de peaje y experimental,
que todo es desechable y provisional.
Que no nos salen las cuentas,
que las reformas nunca se acaban,
que llegamos siempre tarde
donde nunca pasa nada.

Por eso
y muchas deficiencias más
que en un anexo se especifican,
sin que sirva de precedente,
respetuosamente

SUPLICA

Se sirva tomar medidas
y llamar al orden a esos chapuceros
que lo dejan todo perdido
en nombre del personal.
Pero hágalo urgentemente
para que no sean necesarios
más héroes ni más milagros
para adecentar el local.
No hay otro tiempo que el que nos ha “tocao”;
acláreles quién manda y quién es el “mandao”.
Y si no estuviera en su mano
poner coto a tales desmanes,
mándeles copiar cien veces:
“Esas cosas no se hacen”.

Gracia que
espera merecer
del recto proceder
de quien no suele llamarse a engaño,
a quien Dios guarde muchos años.

AMÉN.

(Joan Manuel Serrat: En tránsito, 1981)

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