Ésta es una de las canciones de amor más tiernas y emocionantes de la música pop española. Enrique Urquijo canta con Los Secretos un himno a la vida y al amor como sólo pueden hacerlo los que conocen el infierno de no saber quiénes son, el horror de estar perdido en un laberinto de excesos que te encadenan miserablemente y te hacen caer en el más absoluto vacío.
Enrique Urquijo pudo resurgir de las propias cenizas y seguir su camino personal y artístico, pero sólo pudo hacerlo por un tiempo. Desgraciadamente, no tuvo fuerzas para apurar el deseo de empezar de nuevo y una fría noche de noviembre de 1999 murió tirado en un portal del barrio madrileño de Malasaña.
Enrique Urquijo pudo resurgir de las propias cenizas y seguir su camino personal y artístico, pero sólo pudo hacerlo por un tiempo. Desgraciadamente, no tuvo fuerzas para apurar el deseo de empezar de nuevo y una fría noche de noviembre de 1999 murió tirado en un portal del barrio madrileño de Malasaña.
MÚSICA Y LETRA
He muerto y he resucitado.
Con mis cenizas
un árbol he plantado.
Su fruto ha dado
y desde hoy algo ha empezado.
He roto todos mis poemas,
los de tristezas y de penas.
Lo he pensado
y hoy sin dudar vuelvo a tu lado.
Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado
en otra vida,
en otro mundo,
pero a tu lado.
Ya no persigo sueños rotos:
los he cosido con el hilo de tus ojos.
Y te he cantado
al son de acordes
aún no inventados.
Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado
en otra vida,
en otro mundo,
pero a tu lado.
Los Secretos: Dos caras distintas, 1995.
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